CENTRO DE SALUD, Barbastro

La nueva edificación se desplaza hacia el interior de la parcela siguiendo la dirección de la implantación del edificio existente liberándose de la trama urbana del ensanche para orientarse mirando hacia el Sur siguiendo la trayectoria solar y el cauce del río, buscando las huellas geográficas originarias del lugar y las características del territorio dinámico.

Las fachadas perpendiculares al eje de la calle, en el tramo de esta que discurre en paralelo al cauce del río, expuestas al sol de medio día, captan su radiación a través de grandes paños de vidrio, regulada mediante un sistema de control solar compuesto por lamas de aluminio orientables y el arbolado de hoja caduca que sombrea el área de aparcamiento exterior situado en el perímetro sureste de la parcela.

Las fachadas paralelas al eje de la calle, abren los volúmenes que emergen en voladizo flotando sobre ella, queriendo acercarse al rio para capturar la brisa del aire que lo acompaña y canalizarlo entre sus lamas verticales orientables hacia el interior de cada uno de los nuevos módulos, generando un lazo convectivo de ventilación cruzada que conjuntamente con los patios interiores ajardinados dispuestos entre ellos, crean un microclima propio dentro del recinto bioclimático.

Se proyecta un sistema constructivo de fachada ventilada para revestir el edificio existente, empleando aluminio lacado en blanco como doble piel exterior, optimizando su hermeticidad, mejorando su aislamiento térmico, acústico y su integración con los nuevos módulos de la ampliación, unificando su visión y la comprensión interna del edificio.

El zócalo que formaliza el muro de hormigón gris de encauzamiento del río, compone por contraste con el blanco puro y limpio de los prismas que albergan los distintos módulos del edificio, su nueva imagen urbana, unitaria, fuerte y clara, que es percibida por el usuario durante la secuencia de acercamiento, cuando llega al puente que cruza para entrar en el recinto.